Armar redes, emprender y escalar

Entrevistamos a Manuel Ron, presidente de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender y fundador de diversos emprendimientos que combinan rentabilidad, innovación y sustentabilidad. También es miembro del GV82 y en esta charla destaca el valor de armar redes y asociarse con otras personas para emprender con éxito en entornos tan desafiantes como el de nuestro país.

Su pasión por el agro, por la naturaleza, “por las manos en la tierra”, nació en un campo familiar de la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, siempre supo que iba a vivir en el campo, aunque todavía no sabía dónde. En 1996, a los 26 años, la suerte quiso que hiciera su residencia como ingeniero agrónomo en Córdoba y allí se quedó.

Fuiste construyendo tu trayectoria con una gran diversidad de proyectos: Bio4 Argentina, Bioeléctrica, RioBeef, Carbon Neutral+… ¿Cómo fue posible este camino?

En Río Cuarto estuve un año y medio en Dow, que fue la empresa que me llevó. Después, siete años en una compañía de retail de insumos agropecuarios que se llamaba ASP, que contribuyó a mi formación y sobre todo a la red de contactos que pude armar. Y, a partir de ese network, con el tiempo pude armar todos estos negocios asociativos y una red de productores agropecuarios muy importante. Los cultivé durante muchos años y después los pude plasmar en sociedades múltiples, como Bio4, principalmente. Son todas asociaciones de productores buscando generar la escala suficiente para armar negocios con proyección.

Entonces, entre tus fortalezas se destaca la capacidad para vincular empresarios y escalar negocios a través de las redes.

Armar redes y levantar capital. Te diría que eso es lo más importante para materializar un negocio, para pasar de una idea a una compañía.

¿Cómo te definís en relación al emprendedorismo y la innovación?

Como un emprendedor serial e innovador, cultivándome y leyendo mucho, con mucha inquietud de aprender y absorber cosas nuevas.

A lo largo de esta trayectoria, de estas redes que fuiste construyendo, ¿qué desafíos tuviste a la hora de innovar o de proponer una forma distinta de producir?

Hay tres desafíos importantes, si abarcamos todas las facetas de un negocio. Uno es el asociativismo. De cuatro o cinco personas que vas a ver, solo una está dispuesta a asociarse. Suele ser un tema de ego, básicamente, que hay que seguir gestionando una vez asociados. Otro desafío es el financiamiento. Levantar capital en la Argentina es muy, muy difícil. Y después, encontrar mercados. A estos productos, tanto de la transición energética como de alimentos bajos en carbono, hay que encontrarles el nicho, y ese es otro gran desafío.

En el mundo y en nuestro país se está impulsando una agenda “anti-woke”, que incluso descree del cambio climático. ¿Afectó en algo a tu trabajo, a esta construcción de redes?

Creo que este cambio de agenda puede postergar unos proyectos, tal vez está habiendo un retraso. Pero el cambio climático es inexorable. Esto les sirve a los gobiernos populistas que quieren, no sé, energía barata pero contaminante. Porque una política de descarbonización genera mayores costos y hay que asumirlos políticamente. El colapso o lockdown va a pasar de acá a veinte o treinta años y nadie quiere asumir esos los costos hoy.

¿Desde cuándo estás en Vistage y cómo sentís que te ayudó tu grupo?

Hace unos 8 años. Las ayudas son variadas, pero creo que me ayudó mucho a título personal. Te diría que el impacto más grande es, como dice mi chairman, en “Manuel S.A.”. Me ayudó mucho a mi posicionamiento, a mi estrategia personal. También me ayudó en temas más blandos, de recursos humanos, manejo de equipos, a través de las miradas diversas de los otros miembros del grupo, que siempre te enriquecen.

Para mí tiene muchísimo valor la interacción con mi chairman, Claudio Fleiderman. En esas reuniones mano a mano siento que nos complementamos muy bien, me aporta muchas cosas que no tengo, porque viene con una formación más financiera.

Contanos sobre tu gestión al frente de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.

Es mi primer paso por el sector público, estoy desde hace dos años. Fue un pedido del gobernador de Córdoba [Martín Llaryora], que acepté sabiendo que contribuía a devolver algo a la sociedad. Uno, desde el sector privado, siempre inspira, siempre está generando desarrollo social, pero a veces lo que se puede abarcar es el ámbito de la empresa, de tus empleados, de las familias, de los stakeholders. Y hasta ahí llega. Pero desde el gobierno podés amplificar muchísimo más la llegada a otros actores lejanos.

Inclusive acabamos de volver de una misión en Estados Unidos. Fuimos con 30 empresarios, universidades, venture capital y asociaciones de productores de Córdoba. Estuvimos en la Corn Belt, en la zona productiva conformada por Indianápolis, Saint Louis, Missouri… Es una zona agropecuaria neta. Visitamos universidades y centros de innovación y llevamos un poco de Córdoba.

¿Cómo viene siendo la experiencia de articulación entre el Estado y el sector privado, que son las dos patas de la Agencia?

En Córdoba esa articulación público-privada es clarísima. Hay mucho apoyo al sector privado desde hace muchos años. Es un involucramiento sano, de soporte a las iniciativas de todos, con la ley de biocombustibles, las promociones, las políticas para exportar, los beneficios para radicarse… También hay un clima muy amigable con el sector privado para las operaciones de las empresas en la provincia.

Qué tan integrada percibís que está la sustentabilidad o el triple impacto en los emprendimientos e iniciativas innovadoras.

Vemos que hay un gran mercado. Todo lo que es innovación por impacto es lo que más está en boga de todos. Hay oportunidades importantes en el mundo para crear empresas con ese perfil. Primero, que sean sostenibles económicamente para que haya negocio. Después, que cualquier emprendimiento socialmente genera desarrollo, en tanto que lo ambiental es un eje transversal. Sacando lo que es el negocio de combustibles fósiles, que todavía es necesario, el resto puede ser más eficiente, reduciendo emisiones. Por ejemplo, durante esta emisión en Estados Unidos vimos mayor eficiencia, menores costos, menos emisiones. Los mercados van a estar más demandantes, los productos, trazados y con bajas emisiones.

¿Cómo imaginas el futuro de las empresas que apuestan por un modelo más sostenible y humano?

Creo que en algún momento va a haber una cuestión cualitativa: si no tenés determinadas certificaciones, no vas a poder ingresar a ciertos mercados. Y, por otro lado, también va a haber un diferencial de precio a favor de productos que realmente puedan demostrar que están producidos con menos emisiones asociadas. La contabilidad del carbono es algo que va a venir, sobre todo cuando cambie este péndulo que está retrasando la transición energética. Esto va a afectar tanto a las operaciones de las empresas como las rentabilidades. Los consumidores van a elegir y yo creo que vamos a tener un mercado más obligatorio de carbono.

¿Qué consejo le darías a una persona que quiere emprender por primera vez, que se encuentra con un montón de riesgos y temores, sobre todo en Argentina?

Le diría que se complemente con otra persona, con quien pueda compartir estos riesgos. El consejo principal sería formarse mucho y complementarse con otro.

Creo, además, que quien no se involucre en el tema de la inteligencia artificial, no se eduque y no lo use de forma proactiva, va a quedar relegado. Como una cuestión competitiva inexorable, quien no lo use va a quedar atrás en los negocios, por su potencia para amplificar a empresarios, equipos y sus capacidades.