Llevan alrededor de dos décadas en Vistage; en algunos casos, un poco más. Fueron testigos del crecimiento de la organización y también atravesaron momentos críticos que los obligaron a reinventarse. En ese camino, aprendieron a valorar la increíble comunidad a la que pertenecen.
Alfonso Bonfiglio es Chair en el Grupo 3, del que forma parte Andrea Werthein como miembro. “Andrea es la alumna perfecta para Vistage. Recibe nuestras opiniones, elige las que piensa que son mejores para su organización o su vida personal, y a partir de ahí pone en práctica todo”, dice el Chair. Por su parte Andrea destaca: “Desde el inicio supe que quería estar en su grupo. Con el tiempo, descubrí que no solo compartimos valores, sino también una forma de mirar a las personas y de hacer las cosas”.
El Chair del Grupo 9, Oscar Reina, y uno de sus miembros, Guillermo Del Mestre, se conocen desde hace 17 años. “Guillermo tiene una paciencia infinita”, resalta el Chair, aunque también señala que es “un típico procastinador”. Para Guillermo, por su parte, Oscar es un gran coach y eso incluye que “te tiene corto, es bastante estricto, pero es una gran persona, es un tipo muy inteligente, tiene una excelente capacidad de escucha y es muy asertivo”.
Los entrevistados coinciden en destacar que, incluso hasta principios de los años 2000, el liderazgo era muy diferente. “Ser líder significaba principalmente tener autoridad, dar órdenes claras y lograr resultados”, recuerda Alfonso. Explica Andrea que “liderar significaba tener las respuestas, marcar el rumbo y sostener una estructura vertical”; “un liderazgo Tayloriano -acota Guillermo-: los empresarios solíamos tomar decisiones de manera más unilateral, con un enfoque operativo, basado en la experiencia práctica y el control directo del negocio”. “Todas las decisiones se tomaban en la cima y se comunicaban hacia abajo y se acabó. No more”, enfatiza Oscar.
Pero los tiempos cambiaron, “hoy el contexto es mucho más dinámico, más desafiante -advierte Alfonso- y el líder actual necesita una cabeza abierta, una sensibilidad especial para captar lo que ocurre a su alrededor y dentro de su equipo”.
La mirada sobre los equipos es clave, porque implica un eficaz ejercicio de la comunicación, una de las habilidades subrayadas por los entrevistados: “Hoy liderar es hacer buenas preguntas, escuchar con atención y generar entornos donde otros puedan desplegar su potencial, espacios de confianza -detalla Andrea- Ya no se trata de imponer, sino de construir confianza, formar equipo y aprender incluso de quienes piensan distinto”.
En este camino también se valora el empoderamiento de los equipos: “Hoy en día el liderazgo es mucho más rico, fundamentalmente porque es colaborativo y participativo”, dice Oscar, en sintonía con Guillermo, quien sostiene que “el liderazgo ha evolucionado hacia modelos más horizontales, colaborativos y con fuerte base en la inteligencia emocional”.
Se trata fundamentalmente de aprender a escuchar, “entender que es tan importante tu propio esquema de pensamiento como el de los demás -resume Oscar- y que en los demás muchas veces se encuentran pensamientos superadores”.
Alfonso lo traslada al ejercicio concreto de la conducción: “Hace años, hablar de un directorio externo en una pyme era una locura. Hoy, muchos empresarios lo están considerando. ¿Por qué? Porque entendieron que crecer no es solo vender más, sino tomar mejores decisiones. Profesionalizarse. Escuchar otras voces. Salir del ego y del control absoluto. Eso también es liderazgo”.
No son pocos los cambios disruptivos que influyeron en esta evolución que incluso conlleva un nuevo rol empresario. “La transformación digital, el acceso a información global y la aparición de nuevas generaciones con otros valores laborales (como el equilibrio vida-trabajo o el propósito social) nos han obligado a repensar y readaptar nuestro rol”, enumera Guillermo. Por su parte, Andrea concluye que el empresario “ya no es solo el que dirige una empresa, sino quien tiene el compromiso de generar impacto positivo en su entorno”.
Parece la manera más natural de ejercer el liderazgo, pero sin embargo no es nada fácil. Requiere un equilibrio entre varios factores que Alfonso sintetiza de esta manera: “Hoy un buen líder es el que puede ser flexible sin perder foco, el que habla para escuchar, el que sabe adaptarse al contexto sin traicionar los valores esenciales. Ser líder ya no es una cuestión de control, sino de influencia, de empatía, de conexión”.
Consultados por los desafíos empresariales que les tocó pilotear en este último cuarto de siglo, la mayoría de los referentes coincide en señalar un hito parteaguas en sus vidas: la crisis económica del 2001 en nuestro país. “En ese entonces yo era CEO regional de una multinacional belga y había sido distinguido como el mejor CEO internacional del grupo. Pero de un día para el otro, quedé fuera del sistema con 55 años y un panorama que parecía cerrado”, relata Alfonso.
Un impacto similar describe Oscar: “Hay una brecha desde fines de 2001, 2002 y 2003 que realmente… no me acuerdo de nada. Mi mente lo borró porque fue durísimo. Después, mientras ya estaba bastante mejor, lo único que me quedaban eran embargos, deudas con el Estado”.
Quiso el destino que en ese momento un joven emprendedor quisiera instalar en Argentina la filial de un modelo que ya era exitoso en Estados Unidos. El emprendedor, Alejo Canton. El modelo, Vistage.
Oscar: Me viene a ver Alejo Canton para interesarme en ingresar a un grupo como miembro. Charlamos desde las cinco de la tarde hasta las ocho y pico de la noche. Cuando se va me dice: “yo viene a buscarte como miembro, pero me encantaría que entres como coordinador de un grupo”. Yo tenía una magnitud de problemas bastante más grandes, seguí pagando embargos y me olvidé. Como al año nos volvemos a encontrar, me da la mano y me dice: “espero que esta vez me digas que sí a la propuesta”. En ese momento pensé: “¡Otra vez este chico…!”. Pero “el angelito” me decía: “Esto chico te ofreció dos veces lo mismo, ¿y vos lo vas a rechazar? ¿Por qué? Bueno, triunfó el angelito.
Alfonso: Podría decir que Vistage apareció en mi vida cuando más necesitaba reconstruirme. Después de haber pasado por cargos de máxima responsabilidad y mientras fundaba mi propia empresa desde cero, encontré en Vistage un espacio completamente distinto. Un espacio de crecimiento, de reflexión, de aprendizaje colectivo. Y, sobre todo, de verdad.
Andrea: Vistage fue un punto de inflexión en mi vida profesional y personal. Ingresé al Grupo 3 poco después de fundar Parque Suárez, y desde entonces fue un espacio donde encontré consejos valiosos, sobre todo en momentos de incertidumbre. Aprendí a sostener los valores, a perseguir un propósito y a priorizar el largo plazo.
Guillermo: Vistage ha sido un punto altísimo en la trayectoria de nuestra empresa, me ha brindado un espacio de reflexión estratégica, aprendizaje continuo, acompañamiento entre pares y muchas veces los ejemplos y los éxitos de nuestros compañeros nos “animaban” a emprender soluciones similares.
Si bien arribaron a Vistage por diferentes caminos, los cuatro coinciden en destacar las ganancias que recibieron: capacitación, profesionalización y, sobre todo, contención.
Alfonso: Recuerdo que en una de las primeras reuniones en las que participé, un empresario que acababa de vender un banco muy importante dijo: “Esto es como hacer un MBA en cada encuentro”. Esa frase me quedó grabada, porque refleja lo que Vistage representa: un lugar donde no hay teoría vacía, sino experiencia viva. Donde el conocimiento no baja de una tarima, sino que circula entre pares, con humildad y generosidad.
Oscar: Al final del primer año gané un concurso por la cantidad de miembros que había logrado sumar. Viajé a Estados Unidos, a visitar Vistage, que en ese momento era TEC. Llegué a San Diego, un hotel impresionante, un evento con 500-600 personas… “¿Y esto qué es?”, me pregunté. Me impactó. Ahí dije “hay profesionalismo acá. Hay cosas para hacer”. Yo estaba con José Luis Farías y dijimos “cuando volvamos a Argentina tenemos que hacer el máximo esfuerzo para lograr llegar a ser esto”.
Andrea: Incorporé herramientas y conocimientos a través de expositores que luego fueron consultores clave en el proceso de profesionalización de la empresa. Hicimos relaciones fuertes. También entendí que no hay que decidir en soledad. Gracias a la honestidad del grupo y la cercanía con mi Chair Alfonso, tomé decisiones clave con una red que me retaba desde lo constructivo y me respaldaba genuinamente. Me acompañaron incluso en decisiones personales importantes, mismo con la crianza de mis hijos. Es un espacio que no solo me dio herramientas, sino también contención.
Guillermo: En lo personal y profesional, estoy profundamente agradecido porque me permitió terminar de profesionalizar la empresa contratando un CEO externo (proceso que tardamos varios años en procesar, asimilarlo y decidir). Hoy puedo decir que el resultado fue excelente, luego de 8 años donde ganaron los accionistas, la empresa, su gente y los proveedores. Vistage nos ayuda a salir de la soledad del mando, ampliar nuestra visión del negocio y mejorar las habilidades de liderazgo.
El sentimiento de comunidad está muy presente en quienes repasan sus años en Vistage. Sus vivencias destacan el apoyo de su grupo de pares y el aprendizaje a partir de las experiencias del otro.
Alfonso: Uno de los pilares más sólidos que encontré en Vistage es su comunidad. Una comunidad viva, real, que no se limita al intercambio profesional, sino que se convierte en red de contención, en espejo, en impulso. Con el tiempo comprendí que el aprendizaje más valioso no está solo en los contenidos técnicos, sino en la posibilidad de compartir vivencias con otros que también atraviesan procesos complejos. Esa capacidad de empatía profunda es lo que distingue a Vistage.
Andrea: Desde que estoy en Vistage mi forma de vincularme con otros empresarios cambió profundamente. Antes, las relaciones eran más transaccionales o esporádicas. Hoy entiendo el valor de construir vínculos sostenidos, honestos y de confianza. Aprendí que compartir desafíos no es mostrar debilidad, sino habilitar la posibilidad de recibir miradas nuevas, que amplían las propias.
Oscar: Es impresionante cuando quince personas están en positivo ofreciendo lo mejor de cada uno en una ronda, es maravilloso. Vivimos en un mundo y en una Argentina que es muy anárquica, donde cada uno piensa por sí mismo, donde le importa muy poco el de al lado. Vos te sentás en una reunión Vistage y decís “¿qué les pasa a estos chicos, de dónde son, de Marte?”. Se tratan de ayudar.
Guillermo: Una vez que se ingresa a la comunidad Vistage, la mayoría de los empresarios van transformado su forma de vincularse con el entorno. Pasan de una lógica competitiva o aislada a una cultura de colaboración, escucha activa y aprendizaje compartido. Vistage crea un entorno de confianza donde se pueden discutir desafíos reales sin juicios, lo que enriquece la toma de decisiones y amplía la perspectiva.
Pero cómo se logran estos lazos y por qué es tan valioso el aprendizaje entre pares. “Hay una palabra que me gusta mucho y que define bien lo que se genera en estos grupos: carefrontation o confrontación cuidadosa”, explica Alfonso. “Desafiar, con muchísimo respeto, pero desafiar al otro a que vacíe toda su mochila”, agrega Oscar.
También se trata de aprender de la experiencia de los demás pares, “la posibilidad de aprender de otros en forma continua, aprender como proceso -destaca Andrea- Es un lugar donde uno puede mostrarse tal cual es, sin la necesidad de tener siempre todas las respuestas”. En el mismo sentido, Guillermo subraya la oportunidad de acceder a “experiencias concretas de gente que ‘se quema los dedos’ todos los días, que difícilmente se encuentren en los libros o cursos de capacitación”.
Por todo esto, Andrea, Alfonso, Guillermo y Oscar compartieron algunos consejos para los nuevos miembros y los que vendrán en los próximos 25 años y más.
Alfonso: A quienes recién se suman a esta comunidad, les diría que se abran sin reservas. Que aprovechen cada encuentro, cada intercambio, porque lo que sucede en Vistage no se repite en otros ámbitos.
Andrea: Les diría que aprovechen el valor de esta red, que se animen a abrirse, a dejarse interpelar y a crecer con otros.
Guillermo: Que aprovechen este espacio, escuchen con apertura, compartan con honestidad y confíen en el poder del grupo. Vistage no solo mejora a la empresa, transforma al líder.
Oscar: Que se pongan vulnerables desde el primer día, que no se pongan colorados, ni se enojen, ni enrostren a nadie por lo que les dicen. Y no sean autorreferenciales. Estamos llenos de supermanes en la calle, manejando, chocando con la gente… pero adentro de una reunión nuestra, no.