El futuro de los que vienen no es negociable

Farid Nallim es CEO de Reciclarg, una empresa mendocina que procesa residuos electrónicos y eléctricos, recuperando el 93% del material y haciéndose cargo “de lo que ya no funciona”. Su trayectoria de 14 años le ha valido el reconocimiento de su Grupo Vistage 122 y, recientemente, el Saco Verde en la categoría Triple Impacto.

Cuando cursaba el secundario en Estados Unidos vivía al lado del dueño de una planta de tratamiento de aluminio. Ya de regreso en Guaymallén (Mendoza), el papá de un amigo tenía una empresa que se dedicaba a reciclar plásticos en caños. Estos antecedentes se activaron el día que Farid Nallim leyó un artículo sobre la problemática de los residuos electrónicos, cuando recién se había recibido de licenciado en Administración de empresas.

¿Qué son los Residuos Electrónicos y Eléctricos (RAEE) y qué riesgo representan?

Los aparatos eléctricos y electrónicos que dejan de funcionar y no se pueden volver a utilizar se transforman en residuos. Es el residuo con más crecimiento exponencial, porque cada vez tenemos más comodidades que provienen de lo tecnológico. También es el residuo más nocivo que manejamos, porque tienen metales pesados. Lamentablemente, si no van a una planta de tratamiento adecuada, terminan en el vertedero a cielo abierto y estos metales se corroen, se filtran en las napas freáticas y se expanden por todo el planeta.

No. Creo que uno de los grandes problemas que tenemos es esta sobreinformación diaria que tenemos por estar conectados al celular, que tiene sus cosas muy positivas, pero tiene muchas negativas, como mostrarte todo el tiempo que necesitás más cosas. Hay que trabajar mucho en el consumo real.

También hay que empezar a desarrollar las economías regenerativas. A mí me gustan los autos eléctricos, pero la huella de carbono que genera su fabricación se compensa con muchos años de uso y, en ese sentido, todavía conviene un auto de combustible tradicional.

El gran desafío que tenemos los empresarios es el equilibrio. Hoy tenemos un 50% de pobreza. ¿Apuntamos a generar trabajo de cualquier manera? No. Si tu emprendimiento tira residuos electrónicos a un vertedero a cielo abierto, no estás generando trabajo, estás hipotecando el futuro del que viene. Tenemos que darnos cuenta de que somos viajeros de paso en este planeta y que hay que dejarlo mejor para los que vienen. Eso no es negociable.

Para mí lo más importante de Reciclarg es que nos hacemos cargo del problema de lo que no funciona. Porque, si funciona, es muy simple: lo revendés, lo donás, lo guardás, lo reutilizás… Nosotros hemos atacado el problema de raíz. En 14 años la empresa tuvo distintas unidades de impacto y seguimos creando nuevas.

Son más que unidades de negocio. Son unidades de generación de impacto ambiental y social. Y digo que son de impacto porque realmente, al momento de tomar decisiones, muchas veces hemos dejado de lado lo económico por lo ambiental. Y podríamos haber crecido y escalado mucho más rápido, pero no transamos nuestro propósito que es la parte ambiental y social.

Empiezo por la unidad de reutilización. En la planta ingresa el material y lo primero que hacemos es fijarnos si se puede reintroducir al sistema. También puede ser que ese material forme parte de otras computadoras, como repuesto.

Después tenemos la parte del reciclado. Hacemos separación de partes y componentes y hoy estamos en un 93% de recuperación. En el mercado local colocamos la parte de lo ferroso y no ferroso, y vamos a exportar metales preciosos como oro, plata, cobalto y cobre. Salvo por lo que exportamos, en esta unidad no alcanzamos a cubrir los costos operativos de la empresa.

Después tenemos una unidad de transporte de residuos peligrosos, donde contamos con una flota de camiones para poder movernos en todo el país.

También contamos con una unidad de impacto dedicada a la concientización. Trabajamos con gobiernos locales y también lo hemos hecho a nivel internacional; le brindamos una capacitación a Kosovo sobre lo que es la circularidad.

Creamos la unidad Rever, donde diseñamos bijou con partes que no se pueden reciclar, en alianza con una ONG que trabaja con población vulnerable. Esta es una unidad ambiental y social.

Y otro de los hitos que logramos este año, y era un sueño que ya teníamos, fue poder contratar a una persona con divergencia cognitiva. Se llama David, tiene autismo y estamos muy felices trabajando con él.

Por un lado, creo que las personas que tienen autismo son personas muy metódicas y pueden hacer una tarea repetitiva de una forma muy precisa, como el tipo de servicio o actividades que hacemos nosotros. Después, una amiga mía tiene un hijo de tres años con autismo y ella ya piensa qué va a pasar cuando ella no esté. Con David llevamos cuatro meses, pero verlo sonreír, ver que tiene su sueldo, su independencia, que se siente útil, no tiene precio.

Nace como idea en el 2008, leyendo un artículo sobre la problemática del residuo electrónico. Me llamó mucho la atención que decía que todos tenemos un aparato eléctrico o electrónico en el placar. Yo me acababa de recibir de licenciado en Administración de empresas. Abrí el placar de la casa de mis padres y efectivamente había una computadora que habían usado hace muchos años. Me puse a investigar y vi que había muy poco en la Argentina.

Al mismo tiempo, había una competencia en la provincia que se llamaba Mendoza Emprende. Había que participar con un plan de negocio y formar un equipo. Así sumé a mi hermana Andrea, también licenciada en Administración de empresas. Durante 14 años ha sido mi compañera y mi coequiper. Hoy está trabajando en el Gobierno de la provincia.

En ciertas cosas, sí. Todo tiene sus pros y sus contras. Solo voy más rápido. Creo que una de las cosas por las cuales mi grupo de Vistage me seleccionó como destacado fue por todos los desafíos del 2024 que tuve que afrontar. Entre ellos, la salida de mi socia de la empresa a nivel operativo. Tuve que asumir muchas gerencias y decisiones, delegar y confiar mucho en el equipo, con un panorama económico complejo. Hoy, en diciembre, te puedo decir que hemos crecido en todos los sentidos con la empresa. Y creo que el broche de oro fue el Saco Verde de Vistage.

  • ¿Qué representó el Saco Verde en la categoría Triple Impacto?

Por un lado, el reconocimiento de que a nivel empresarial están empezando a ver que en realidad el propósito importa mucho más que lo monetario. Yo soy de pregonar mucho que el propósito es todo, después lo otro llega, tarde o temprano. Y después, el esfuerzo ante todo de no claudicar en los valores y en el sueño de lograr que el impacto sea cada vez mayor.

  • Hace 5 años que sos miembro de Vistage. ¿Cómo ingresaste?

Se creó un grupo de empresas B y el piloto fue Mendoza. Ahí nos convocaron y nos ofrecieron participar. Yo no conocía nada de Vistage, pero Reciclarg ya era empresa B y nos invitaron.

  • ¿Y cómo sentís que te benefició pertenecer a Vistage?

Si lo tengo que resumir, creo que me profesionalizó como CEO. Mi familia tiene un geriátrico donde yo trabajé hasta hace poco. En diciembre del año pasado tomé la decisión de irme, porque ya no daba abasto entre las dos empresas. Vistage justamente me mostró una escuela de gestión totalmente distinta a la de una empresa familiar. Entonces, siento que crecí mucho profesionalmente pudiendo ver las experiencias de otras empresas, que es lo más importante de Vistage.

Tengo planificado mucho de reordenamiento y reingeniería dentro de la empresa, y mi idea es crecer a nivel nacional en lo inmediato y a nivel internacional a largo plazo.

Como CEO, mi intención es en algún momento cercano pasar a una posición que me permita el desarrollo de proyectos de plantas en otros lugares del mundo y poder tener un gran equipo de mandos altos y medios para poder seguir impactando en mayor volumen.


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