Con una sólida filosofía y la agudeza para detectar nuevas oportunidades, Shiva y Quento, de nuestros miembros Stephanie Emili y Fernando Vidal, se animaron a desafiar el mundo de los snacks, aportando su diferencial.
En una categoría tan dinámica como la de los snacks, dos sacos verdes de Vistage se distinguen al frente de emprendimientos que lograron diferenciarse y ganarse un lugar. Stephanie Emili (grupo 166) creó Shiva, una fábrica de galletitas veganas y sin gluten con una fuerte apuesta por la defensa del sistema alimentario. Fernando Vidal (grupo 147) armó Quento Snacks, con foco en un completo portafolio de productos y una sólida red de distribuidores minoristas.
Más allá de su diferencial, ambos empresarios coinciden en que el éxito de sus emprendimientos se basa en la gente que los conforma. Rodearse de las personas más adecuadas para sus proyectos, tanto aquellas con las que decidieron asociarse como los equipos que desde la experiencia o la intuición lograron conformar, les ha garantizado el crecimiento que hoy disfrutan.
Stephanie Emili (Shiva): Yo vengo de la gastronomía; tenía un restaurante en Almagro, que era vegano y sin gluten desde el 2013. Ahí conocí a Agus, la comensal más fiel, hermana de mi actual socio. Agustina, me ofreció que su hermano, Santino Caffarone, me ayudara a crear el plan de negocios para hacer crecer el producto de las crackers, que hasta ese momento no lograba abastecer los pedidos que tenía. Empezamos a trabajar juntos y le gustó tanto el proyecto que decidió ser el inversor. Me pareció un planazo, porque es muy difícil encontrar a un socio en el que puedas confiar. Ya llevamos 4 años de sociedad en Shiva.
Fernando Vidal (Quento): El 28 de febrero cumplimos exactamente 10 años del nacimiento de la empresa, que funciona en el parque industrial Villa Flandria del partido de Luján. Somos tres socios, de los cuales dos somos gerentes y operamos el negocio, Gustavo Márquez y yo, que trabajamos casi veinte años en Pepsico, multinacional del rubro de los snacks. Ahí hicimos un programa de jóvenes profesionales, recorrimos la carrera corporativa y aprendimos mucho. Esto nos permitió tener recorrido y experiencia crítica para el momento de animarnos a independizarnos y dar el salto, habiendo detectado ciertas oportunidades de mercado, allá por el año 2013. Nuestro otro socio es un gran amigo, Daniel Guz. Por supuesto, somos los tres dueños de la empresa y disfrutamos juntos este viaje.
Fernando Vidal (Quento): La mayoría de las empresas de consumo masivo van primero por los grandes supermercados; nosotros fuimos por la distribución minorista y nos enfocamos en ampliar el portafolio de productos, de modo tal de construir una red de distribución sólida en todo el país. Que un distribuidor tuviera todo el portafolio de snacks que el mercado pide y que no tenga que llevar una papa nuestra y un chizito de otra marca, a cambio de exclusividad. Al principio fue complejo, pero pudimos armar una red de distribuidores minoristas muy interesante en las principales provincias argentinas. Conforme teníamos resultados veíamos de invertir en líneas de producción, capacidad de envasado, calidad, eso fue todo a pulmón. Es muy lento de crear, pero una vez que lo tenés es muy sólido.
Stephanie Emili (Shiva): Somos mucho más que una fábrica de galletitas veganas y sin gluten. Somos defensores del sistema alimentario. Defendemos el proceso respetuoso de producción, desde la selección de cada ingrediente y el desarrollo en planta, hasta llegar a un producto terminado que nutre. No usamos conservantes artificiales, no usamos aditivos de ningún tipo y cuidamos mucho cada ingrediente que elegimos, cada proveedor con el que nos conectamos. Usamos albahaca fresca que mi papá va a buscar a los huerteros en lugar de usar albahaca seca. Para mí es muy importante que la gente entienda que hay productores que quieren hacer las cosas bien y que quieren cambiar el sistema desde adentro.
Stephanie Emili (Shiva): Es muy loco, creo que recién empezamos a caer en la cuenta. Somos muy ambiciosos con mi socio, siempre estamos proyectando a más, entonces nunca caes en la cuenta. Cuando arrancamos teníamos lista de espera de dietéticas. Empezamos en el departamento de mi abuela, chiquito, con dos hornitos, y nos pedían más de lo que podíamos entregar. Ahora estamos sacando más líneas de productos y tenemos góndolas en los supermercados. Estamos en las revistas de los supermercados como un producto bueno y saludable. ¿Por qué los emprendedores no podemos ingresar a supermercados y cambiar el sistema de cosas que no te nutren? Shiva realmente está cambiando eso.
Fernando Vidal (Quento): Somos la tercera marca a nivel nacional. Nos concentramos mucho más en el trabajo que falta por hacer que el que está realizado. Nos enfocamos en desarrollar y construir una marca con presencia nacional, que ofrece calidad a un precio razonable. Somos muy autocríticos con nosotros mismos y creemos que el foco debe estar puesto en mantener desafiado al equipo de líderes. Claramente, los socios no somos los artífices de estos resultados. Contamos con un equipo muy profesional, de mucha calidad y creemos que muy bien motivado hacia adelante. Pero no hay urgencia, vamos escalón por escalón. Cuando las pymes quieren subir dos o tres escalones juntos corren el riesgo de tropezarse.
Fernando Vidal (Quento): Un amigo que también trabajaba en Pepsico me lo recomendó. Probé y me gustó. Yo creo que en Vistage uno va a recibir ayuda en tanto y en cuanto aporte ayuda. Para mí los grupos que más progresan son aquellos en los cuales los integrantes están dispuestos a colaborar, participar y dar al grupo. Tenemos un Chair que es un genio, Ignacio Guerrico, que nos ayudó muchísimo. Y uno se sorprende de que la enorme mayoría de la gente tenemos casi siempre los mismos problemas.
Stephanie Emili (Shiva): Estoy hace un año en Vistage y me parece increíble. Yo no sabía dirigir una industria, era algo completamente nuevo, otro rubro, y no había estudiado para esto. Entonces, Kitty, de Cook Dulcería, colega que quiero mucho, había estado en Vistage con Ana Frischknecht y me la super recomendó. Yo no sabía de qué iba, pero me anoté y tuve una charla con Ana, a la que amé desde el primer segundo. Es una Chair muy activa, está siempre pendiente de nosotros, es alguien que todo el tiempo te pone nuevos objetivos, detecta tus debilidades y te ayuda a trabajarlas. También es importantísimo el grupo que me tocó, son compañeros excelentes, me acompañan desde el primer momento en todos los pasos que doy.
Después, lo que a mí me gusta mucho es, por ejemplo, si quiero exportar a Uruguay, me contactan con miembros de Vistage de allá. Te abren otra puerta, te aconsejan, te asesoran.
Stephanie Emili (Shiva): Me pareció muy impactante la repercusión que tuvo. A partir del saco verde, me contactaron por LinkedIn muchas empresas, contactos, nuevos clientes. Y ahora vamos a estar en todo el mundo, a través de tres canales de ventas, gracias a que una persona que leyó una nota que salió en la revista Forbes.
Fernando Vidal (Quento): De mi grupo conozco a muchos más merecedores que yo (los agarré distraídos). Fue una sorpresa, una muy grata sorpresa.
Fernando Vidal (Quento): No me animo a definirme. Creo que deberían definirme quienes trabajan conmigo y creo que me harían de goma, porque me cuesta muchísimo delegar. Estoy aprendiendo poco a poco a hacerlo. Los mejores resultados se dan cuando me alejo del día a día, cuando me corro de la operatividad y me concentro en el mediano plazo. Y eso me hace pensar que estoy rodeado de gente que sabe hacer las cosas muy bien y mucho mejor cuando los dejo hacer.
Stephanie Emili (Shiva): Me gusta estar a la par del equipo. Si bien pongo mucho foco cuando quiero algo, me encanta estar con ellos a la par, que me digan lo que piensan, estar incluida. Somos un equipo increíble, super jóvenes, muy divertidos y nos apasiona mucho los desafíos que nos presenta Shiva. Y para mí lo más importante es dejar que los otros puedan brillar en lo que hacen, que sepan que confío plenamente y que lo que tienen que decir es sumamente importante.
Stephanie Emili (Shiva): Somos un equipo muy unido, muy sólido. Todo se charla, hacemos mesas. Nos gusta más una persona que tenga ganas de crecer y que sea efectiva, a quizás contratar a alguien con un título o con mucha experiencia. Nosotros tenemos un estilo de producción que no existe en la industria, porque hacemos un producto diferente. Tenemos una visión completamente distinta. En el área de calidad tenemos gente que estudió esa especialidad, por ejemplo, pero la mano derecha de mi socio estudió director de cine. Después está Bere, que empezó envasando y hoy es la jefa de planta. Nos manejamos con mucha intuición y la experiencia vivida de pasar por todos los puestos. Antes contratábamos a gente que capaz tenía muchos años de experiencia y, como nuestra estructura es distinta, se tildaban, mientras que los chicos de 20-21 años entienden perfectamente el sistema. Hoy tenemos un plantel fijo.
Fernando Vidal (Quento): Contamos con un equipo de casi 160 personas que son la principal diferencia por la cual Quento está dando que hablar en el mercado. Es un equipo altamente profesional. Buscamos un balance entre jóvenes y líderes con experiencia en el mercado de consumo masivo o industrial. A nuestro juicio son los mejores en calidad, innovación, producción, mantenimiento, planeamiento, administración y ventas, áreas que son claves en una Argentina financieramente complicada. Son personas que se identifican con la empresa, las podemos desafiar y motivar y tienen autonomía a la hora de tomar decisiones y plantear planes futuros.
También tenemos un programa de incentivos, que yo creo es muy bueno, y un nivel de rotación muy bajo, de menos del uno por ciento anual. Revisamos permanentemente si estamos midiendo bien en las encuestas salariales o de beneficios, en relación con otras empresas medianas y grandes, y nuestra gente siempre está dentro del 10% mejor pago. No es un detalle menor.
¿Cuáles son sus próximas metas?
Fernando Vidal (Quento): El foco está en seguir creciendo un paso a la vez y en la exportación al Conosur, tanto Uruguay, Paraguay como Brasil. Ya estamos exportando a Bolivia y también a Uruguay (pero queremos crecer un poco más). El desafío es diversificar nuestra venta, que no dependa solo de la economía argentina. Además, estamos terminando de construir nuestra nueva planta industrial, pensada especialmente para exportación, en un predio de tres hectáreas con casi seis mil metros cuadrados cubiertos para inaugurar y festejar nuestros primeros diez años.
Stephanie Emili (Shiva): Tenemos dos metas. Una es exportar lo máximo que podamos. Y la otra es que estamos trabajando en varios desarrollos que incluyen máquinas, pero con procesos que sean tan cuidadosos como si fueran artesanales y que cada producto sea cada vez más saludable, que sus tablas nutricionales siempre mejoren, más allá de la necesidad de comer una galletita. Que sea un producto saludable realmente.