“Pasé de ´bombera´, apagando incendios, a empresaria”

Repasamos la trayectoria de Laura Maffei, miembro Vistage del G54, quién ha sido recientemente reconocida con el Saco Verde a la “Trayectoria Empresaria”. Laura es también la fundadora del Centro Médico Maffei, entidad pionera en el abordaje integral de la endocrinología clínica.

Cuando al término de su formación médica tuvo que elegir una especialidad, Laura Maffei optó por endocrinología porque, sostiene, “se trata de la armonización de diferentes funcionalidades”.

Será por eso que esta reconocida especialista, incansable investigadora y docente académica trasladó a su Centro Médico un abordaje integral de la endocrinología, con un equipo multidisciplinario de más de 70 profesionales que se desempeñan en las áreas de Endocrinología, Investigación clínica y PINE: hormonas y estrés asociando a otras especialidades, como dermatología, estética y reumatología .

Laura también es miembro de Vistage, pertenece al grupo 54, y recientemente fue reconocida con el Saco Verde a la “Trayectoria Empresaria”. En esta entrevista repasamos su transformación personal respecto de la conducción de su organización y los cambios en su liderazgo.

¿Cómo nace el Centro Médico Maffei?

No sé. Un día miré alrededor y tenía como treinta personas ayudándome. Creo que el Centro se fue haciendo porque yo tengo ese bichito emprendedor que me viene de familia: mi padre y mi hermano son empresarios. Yo quería ser buena médica, eso era lo importante para mí, pero también tengo ese impulso que me hace sacar de cada crisis una oportunidad, que me hace preguntar “qué más puedo hacer con esto”.

Por ejemplo, a fines del 90, cuando todavía no había una historia clínica validada y vi la cantidad de secretarias que se necesitaban para guardar y sacar fichas, informaticé todo. Creo que fue el primer germen innovador. También compré un densitómetro, cuando recién aparecían en Argentina. Y así empecé a armar algo que terminó siendo un centro médico, pero que para mí fue un emprendimiento que se seguía construyendo.

Llegando a los 2000, asocié dermatología y endocrinología y otras especialidades. Y de golpe empecé a crecer y a crecer y me di cuenta de que quería hacer algo más, algo distinto. Entonces, arrancamos con el área de investigación clínica, que se relaciona con el desarrollo de nuevos medicamentos. Y ahí tuve varias crisis de crecimiento que pude ir sorteando, a pesar de que no tenía ningún tipo de formación empresarial. Era medio bombera, apagando incendios. Tiempo después me di cuenta de la importancia de tener una estructura administrativa mucho más sólida, siempre se lo digo a los emprendedores.

¿Cómo te acompañó Vistage a lo largo de tu carrera?

Yo ingresé a Vistage por intermedio de Adriana Turdera (grupo 54). No les fue fácil a esta gente domesticarme, pero al final logré aprender, desarrollarme y crecer. Con Vistage aprendí a gestionar una empresa y a armar buenos equipos. Agradezco mucho a Vistage por ayudarme a convertirme de bombera a empresaria.

¿Por qué decís que no la tuvieron fácil con vos?

Yo era bastante cabeza dura, porque al principio no entendía que las cosas tenían que ser tan ordenadas. Yo quería crecer y desarrollarme y no lo entendía. ¡Pobre Adriana, si le habré sacado canas verdes! Pero Adri es un baluarte, nada sería lo que es actualmente sin ella. Entonces, primero que nada, empecé a aprender asociada a mis pares, con mi perseverancia y mi tenacidad, que es mucha. Después, pude rodearme de gente que realmente era muy capaz, hasta que finalmente encontré a la persona que podía ser un buen pilar, que se llama Alicia Rodríguez, quien trabajó conmigo en el área de administración y marketing del Centro y le debo muchísimo. Ahora ya tomó el relevo Anahí Tagliani, también de Vistage, que como gerente general, le dio otra mirada dinámica y más creativa que ya veníamos necesitando.

Bajo el paraguas de Vistage fui ordenándome, organizándome, replanteando los procesos para tener un mejor rendimiento de mi organización. Fue un desafío, porque los médicos somos difíciles de domesticar y yo, a su vez, tenía que domesticar a los otros. A los médicos nos gusta hacer las cosas como nos parece a nosotros y quién va a venir a decirnos que son diferentes. Entonces, encuadrar en procedimientos a los médicos del Centro no fue fácil, sobre todo en la parte de investigación, que requiere procesos más estrictos, pero creo que todos fueron entendiendo.

¿Cómo describirías tu liderazgo al frente del Centro Médico Maffei?

Mi liderazgo pasó por varias etapas. Una etapa inicial que quizás tenía un toque más maternal, hasta el día de hoy, con la capacidad para delegar. En general, yo soy de acompañar, de tratar de sacar lo mejor de la otra persona. No obstante, hoy en día puedo establecer muchos más límites porque tengo una visión más clara.

¿En qué metas estás trabajando actualmente?

Estoy apostando a dos cosas. Por un lado, mi idea es aumentar la cantidad de especialidades en investigación clínica.  Actualmente, la investigación clínica del Centro se enfoca en endocrinología, diabetes, obesidad, cardiología, infectología, neurología y reumatología. Ahora estoy apuntando a nefrología y oncología, para lo cual necesito más espacio físico para la preparación de la medicación. Además, también me entusiasma armar un centro de estrés, que hace bastante que lo quiero hacer.

Hay muchas personas que tenemos ese bichito emprendedor que mencionabas antes. A veces surge una idea que nos entusiasma, pero inmediatamente la descartamos porque no nos creemos capaces de concretarla. ¿Qué nos aconsejás, en base a tu experiencia?

No abandonar la idea nunca. Empezar a buscar, investigar. No plantearse ningún no. Yo le digo a mi equipo que para mí no existe el “no”. Para que sea “no” realmente tenemos que haber triturado la idea hasta lo imposible. Mi consejo es no dejar que se apague la idea y dejar que crezcan las ganas de llevarla a cabo.

¿Qué representa para vos el Saco Verde a la “Trayectoria Empresaria” con el que te reconoció Vistage en su evento de fin de año?

La verdad me puso re contenta, me sorprendió un montón. Yo estaba yendo al Centro, cuando me llamó Adriana [Turdera] y me contó. “¡Están locos!”, le dije. Porque, en un primer momento, me sentí una impostora: “¿Yo, saco verde?”. Pero después me puse a pensar y la verdad que sí, estoy muy contenta, porque realmente hice muchísimos cambios y crecimientos. Y desarrollé una empresa que transitó las mil y una crisis en la Argentina. Me convertí de bombera a empresaria.


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