La CEO de una compañía de seguridad y su cruzada para que las mujeres hagan carrera en un sector tradicionalmente masculino.
Andrea Rolando, CEO de Bataan Seguridad y miembro del G78 de Vistage Argentina integró la delegación local que en marzo viajó a Estados Unidos para participar de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La 67° reunión de la CSW abordó el cambio tecnológico y la educación en la era digital para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, un tema que Andrea viene desarrollando en su compañía y cuya experiencia compartió en las reuniones organizadas en Estados Unidos por la entidad que la invitó a participar del viaje, Women Economic Forum (WEF Argentina).
¿Cómo empezaste a desarrollar en tu compañía el enfoque de género que hoy llevás adelante?
Podría decirte que comienza cuando mi hermano fallece y a mí me toca ponerme al frente de la compañía que hasta ese momento liderábamos juntos. Tener que reorganizar y rearmar toda la compañía hizo que empiece a darle también una mirada de igualdad de género. El sector de la seguridad es bastante masculino. Entonces, en primera medida me pasó a mí: sentía que hacía un doble esfuerzo a la hora de visitar a clientes y tener que convencerlos de que soy mujer y tengo los conocimientos para ayudarlos, cuando hace 25 años que me dedico a esto. Entonces ahí me pregunté: si a mí me cuesta tanto, qué estará pasando en el interior de mi compañía. Y la realidad no fue muy buena, porque justamente me encontré con que el área de Operaciones prefería trabajar más con hombres que con mujeres, que incluso los clientes solicitaban personal masculino.
¿Y cómo te apalancaste para encarar los cambios?
Sumarme a Vistage Argentina fue el puntapié inicial. Ingresé cuando perdí a mi socio y hermano y me quedé sola para tomar un montón de decisiones. La verdad es que mi coach Daniel Posternak y todo mi grupo me ayudaron muchísimo a poder atravesar muchos temas. Y una vez que más o menos me sentí segura, empezaron todas estas preguntas sobre la equidad de género y surgieron las iniciativas que hoy en día estamos llevando adelante. Y a partir de ahí también mi interés por unirme a grupos de mujeres con las mismas preguntas que podría hacerme en Vistage, pero apuntando más a la igualdad de género.
¿Así llegaste a la WEF?
Me sumé a este grupo de mujeres que se llama Women Economic Forum (WEF) de Argentina, al que también me encantaría invitar a todas aquellas mujeres que estén interesadas en esta sinergia de la igualdad. La WEF lleva adelante misiones comerciales con otros países, lo que es enriquecedor y suma muchísimo a nuestro negocio. En este marco surgió la oportunidad de participar en las sesiones de la edición N° 67 de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW). La delegación local estuvo conformada por especialistas en el tema de diferentes ámbitos, como Cecilia Danesi, especialista en ética de la inteligencia artificial, además de funcionarias de ONU Mujeres y Unesco y las profesionales de la WEF.
¿Qué temas se trataron?
Las sesiones de la Comisión, de las que participaron representantes de los gobiernos, abordaron el cambio tecnológico y la educación en la era digital para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Pero, además, WEF Argentina organizó dos eventos paralelos en el consulado argentino y en la embajada de Washington sobre “Mujeres y niñas en tecnología e innovación. Brechas Digitales. Violencia Digital”.
¿En qué se enfocaron?
Por un lado, debatimos cómo hacer para involucrar más a la mujer en la tecnología, en cuyo avance se van generando desigualdades de género. Por ejemplo, las niñas y las jóvenes no participan en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), mientras que el 95% de las aplicaciones que utilizamos fueron diseñadas, pensadas y creadas por hombres.
Además, son hombres quienes también están enseñando a los sistemas robóticos y de inteligencia artificial, ¿verdad?
Justamente ese es el problema con lo que llamamos brecha digital. Todo eso está dirigido y programado por hombres y a través de la enseñanza también se reproducen los sesgos del pensamiento masculino, lo que hace que todo ese avance tecnológico pueda eventualmente discriminar. Y no solo en lo relativo al género. También hemos visto ejemplos donde una persona que tiene la piel más oscura no es identificada por un sistema de reconocimiento facial. Por eso llegamos a la gran discusión de poner o no coto o regulación al avance tecnológico.
¿Qué otras cuestiones se debatieron en estos encuentros?
Otro tema importante que se tocó fue el de la violencia de género facilitada por la tecnología. O sea, todo el acceso a las redes de la ciberdelincuencia y de la violencia contra mujeres que ejercen funciones en política o periodismo, que por su exposición son continuamente atacadas y asediadas. A un político no se le dice que está mal vestido o que tiene un cuerpo desagradable. Y sin embargo muchas de las mujeres que están en las mismas funciones son atacadas continuamente por cuestiones de género.
Y vos llevaste experiencias que desarrollaste en tu compañía.
Expuse en la embajada de Washington y expliqué desde la experiencia de una pyme cuáles son nuestras problemáticas y qué soluciones estamos implementando. Como te decía, nuestro negocio está inmerso en un mundo masculino, primero hay que pasar esa valla. Después hay distintas cuestiones. Por ejemplo, actualmente no existe un plan de carrera en mi empresa y mi idea es que la mujer pueda tener lugares gerenciales, de decisión. Hoy tenemos supervisoras, jefas de servicio y pronto tendremos una gerenta de operaciones a quien estamos capacitando.
¿Qué tan relevante es la capacitación en tu caso?
Es clave porque estoy intentando que las mujeres crezcan en el área tecnológica. Me pasa que quiero tener operadoras de monitoreo y es muy difícil conseguir a mujeres capacitadas. Entonces, tengo que propiciar toda esa capacitación y convencerlas de que lo van a lograr y que van a poder manejar los sistemas y que van a poder hacerlo. Pero es todo un trabajo adicional y una energía que hay que poner para que la mujer no se retire de este tema.
¿Qué avances podrías compartir respecto de las iniciativas de igualdad de género implementadas en tu compañía?
Cuando yo empecé a mirar mi compañía hacia adentro, siendo mujer y quedándome sola para liderarla, teníamos un 4-5% de personal femenino. Hoy, 6 años más tarde, las mujeres representan el 25% de todo el personal.
Todo un avance.
Es bastante y más para nosotros que somos una empresa chica, con todos los avatares que tuvimos que pasar, pandemia y demás. La verdad es que estoy muy contenta y mi idea es seguir adelante y sobre todo que en este mercado tan masculino empecemos a tener otra mirada.
Para finalizar, me gustaría agradecer especialmente a Vistage, a mi coach y a mi grupo. Sin ellos no hubiera llegado a la ONU ni tampoco hubiera tenido los logros conseguidos.