En Vistage celebramos los avances contra el techo de cristal, así como la reducción de brechas de género que se observa en cada vez más organizaciones.
Por ello, en el marco del día de la mujer, nos acercamos al grupo 244, conformado exclusivamente por mujeres y liderado por Sandra Olive como chair, para conocer sus experiencias, logros y desafíos que aún supone la paridad de género. Ellas son:
-¿Por qué elegir ser parte de un grupo compuesto totalmente por mujeres?
Ivana: -Hay algunas particularidades del liderazgo femenino que son más fáciles de compartir cuando estamos todas juntas. A modo de ejemplo, existen desafíos en torno al balance de los tiempos porque en la vida no laboral, hay responsabilidades que aún recaen más sobre las mujeres que sobre los hombres.
Marina: -Elegí ser parte de este Grupo porque como mujeres compartimos los mismos desafíos y dificultades a la hora de liderar. Este espacio es un lugar donde compartir nuestros problemas e inquietudes y buscar las mejores soluciones.
Mariana: -En este Grupo se genera una hermosa sinergia; hay mucha transparencia, generosidad y entendimiento en torno a los procesos de vida y de desarrollo profesional con la particularidad que tiene ser mujer. Encontrarnos en un espacio de tanta confianza es muy enriquecedor.
Daniela: -Opté por este Grupo porque hay algunas problemáticas que hacen a la mujer directiva y en Vistage podemos construir un círculo de confianza con otras mujeres directivas.
Gabriela: -Lo que más me interesó de este Grupo no es que sean todas mujeres sino los perfiles que los conforman.
Verónica: -Porque me pareció interesante que tengamos distintas especialidades pero tenemos puntos en común sobre cómo atravesamos los desafíos, que son diferentes a los que tienen los hombres.
Durante el diálogo, todas las entrevistadas coincidieron en que no hay características específicas que identifiquen al liderazgo femenino, sino que es importante analizar los diversos tipos de liderazgos, sin distinción de género.
Sobre ello, la chair Sandra Olive agregó: “Gracias a los jóvenes que ocupan puestos de liderazgo y generaron el espacio a la flexibilidad, hoy hay muchos avances profesionales para mujeres y diversidades”.
Sostuvo Ivana (Mercer) que “no hay algo en particular que determine al liderazgo femenino. Sí creo que hay determinadas dificultades u obstáculos que enfrentan las mujeres que los hombres no. Compartimos desafíos particulares del género”,
Marina (Seguros Sura) valoró que “el liderazgo cambió mucho y las personas quieren líderes empáticos y cercanos, no al ‘Jefe’. Es fundamental repensar los conceptos y las diferencias entre líderes y jefes”.
En tanto, Mariana (Farmacity) opinó: “Cada ser humano -según su historia- tiene un estilo de liderazgo particular. En el mundo, las organizaciones tienen una fuerte necesidad de que aparezcan ciertos aspectos en el liderazgo de mujeres y de hombres que no solían estar en un ámbito corporativo. Me refiero a habilidades de escucha, empatía, integración de miradas, de ser cobijo para la diversidad; y de crear espacios sanos y respetuosos”.
Según Daniela (Grupo Omint) el mundo atraviesa una “transformación laboral y organizacional que requiere otro tipo de liderazgo, un liderazgo emocional que atraviese a mujeres y hombres. Tiene que ser más empático y estar más enfocado en la conexión entre el hacer y el ser”.
“Creo que un liderazgo está determinado por el ejemplo y por generar resultados de impacto; por saber qué es lo que necesita una organización y qué hacer para lograrlo”, subrayó Gabriela (Mercado Libre).
Finalmente, Verónica (Banco Santander) consideró que “el liderazgo es una habilidad universal, que debemos desarrollar todos desde lo profesional, vida familiar, etc. El liderazgo es poder llevar adelante desafíos, a través de los equipos, de las personas, para llegar cumplir propósitos”.
Por otro lado, consultadas sobre los avances en materia de igualdad en los puestos jerárquicos y los desafíos que aún faltan superar, estas mujeres líderes señalaron:
Ivana: -Hay muchos avances. Uno de ellos es el cambio de paradigma y que la mujer pueda decir públicamente que aspira a lugares de liderazgo. También hay un apoyo más concreto, en otros ámbitos de la vida, para lograrlo. En mi generación está la carga de la responsabilidad familiar y del hogar, que sigue volcada más hacia la mujer pero, en positivo, hay más conversación en torno a ello y en la búsqueda del equilibrio.
Marina: -Aún debemos romper con sesgos y prejuicios. Si bien hay una apertura mayor sobre el tema, en muchos ámbitos faltan mujeres en posiciones de liderazgo.
Mariana: -Entre los avances, puedo señalar que actualmente se da visibilidad a las faltas de respeto, comentarios o “chistes” que ya quedaron obsoletos. Por otro lado, no estoy a favor de los cupos, aunque sí hombres y mujeres tenemos que trabajar para tener organizaciones más flexibles, diversas e inclusivas.
Daniela: -Es un logro que haya mayor diversidad de mujeres dentro de equipos directivos. Todavía falta mucho por hacer en muchas industrias para romper el techo de cristal. Debemos seguir reforzando la relevancia de la diversidad en las empresas para que sean organizaciones más talentosas y tengan mejores resultados.
Gabriela: -La igualdad es mucho más amplia que el género, por ejemplo, en materia de personas con discapacidad. El gran avance es que estemos hablando de esto y que haya una preocupación presente en las nuevas generaciones que toman roles de liderazgo. El principal avance es la concientización.
Verónica: -Que la igualdad de género en puestos de liderazgo esté en la agenda de las organizaciones es un avance per se. Además, está demostrado que cuánto más diversas sean las organizaciones, más representa a la diversidad de clientes. Por otro lado, se debe seguir de cerca la brecha en términos de igualdad en la paga.
De manera exitosa, cada vez más empresas eligen a mujeres para los puestos de toma de decisiones, teniendo en cuenta las aptitudes y capacidades de liderazgo. Con ello, el desarrollo profesional deja de estar limitado por la vida familiar y el ámbito del cuidado, para convertirse en una posibilidad real para muchas mujeres.