Renunció a su trabajo y hoy tiene una empresa que exporta conocimiento a España, México e Israel

Fuente: A24

Un día salió de su trabajo en una multinacional, triste y angustiado, se preguntó qué estaba haciendo ahí. Desde entonces, tomó el control de su destino y creó Bloop. 

Les compartimos la nota de Luciano Spinelli, miembro Vistage del G171 coordinado por el Chair Miguel Arroyo.

Hoy en día hablamos de transformación digital, tiendas online y marketing digital como si fuera común y de toda la vida. Pero hace 10 años, hablar de eCommerce, de Google Ads o de estrategias de publicidad en medios digitales era casi impensado. Sin embargo, para Luciano Spinelli, ese desafío y esa pasión lo motivaron a renunciar al empleo que tenía en una empresa internacional para crear su propio proyecto: Bloop.

Actualmente, la compañía tiene más de 70 clientes activos y el 25% de los ingresos corresponde a cuentas internacionales de MéxicoUruguayEspaña e Israel.

Al comienzo de la entrevista con Pymes de A24.com, le preguntamos cómo inició la empresa en aquella época y fue categórico: “Un día salí del trabajo que tenía angustiado, triste, a eso de las 10 de la noche. Había faltado a compromisos con mis amigos y me pregunté qué estoy haciendo acá”.

“En aquel entonces vivía a mil. Mientras trabajaba de 9 a 18 horas, y estudiaba de 18:30 a 22:30, atendía a mis clientes freelance los fines de semana, que me pagaban $200 al mes”, explicó Luciano, orgulloso por el camino recorrido.

Y agregó: “un día me animé a renunciar al trabajo porque no me sentía cómodo y había surgido un proyecto prometedor. Pero a la semana ese proyecto se desvaneció. Tuve que ingeniármelas para salir a buscar clientes y bancarme los primeros meses. Le pedí una mesa de ping-pong a mis padres, puse un mantel encima y esa fue mi primer oficina”.

“Un tiempo después me asocié con un amigo para montar un emprendimiento juntos que dimos en llamar Bloop Marketing Digital“, completó.

Un comienzo incierto

Sin embargo, no todo salió bien y tuvieron que separarse. “Obviamente, era una muy mala etapa del negocio y después de 5 años de haber aprendido juntos, él quería bajarse. Para mí fue un momento de mucha incertidumbre”, contó Luciano.

“Me preguntaba todo el tiempo si debía buscar un nuevo socio o asociar a alguno de los 2 empleados que tenía y, finalmente, acordamos que le compraría su parte. Con el tiempo entendí que fue lo mejor que pudo pasarme: tenía claro que me apasionaba el negocio, sabía hacia dónde quería ir, y ahora podía ganar velocidad en la toma de decisiones. Si las cosas no se hacían, ahora era mi responsabilidad. Esa sensación de adueñarme de mi destino fue reveladora”, recordó el emprendedor.

¿Cuál fue el principal desafío que tuvo la empresa en estos 10 años?, le consultamos. “Un primer desafío fue estructurar el área comercial y de servicio, para pasar de un modelo de 15 clientes a más de 50. Paquetizar los servicios nos dio agilidad comercial, y desarrollar el conocimiento interno y procesos de trabajo nos permitió brindar un servicio de mayor calidad y valor percibido”, aseguró.

Y luego advirtió sobre una situación que está viviendo el sector. “Este último año el gran desafío fue reclutar y retener al talento. El gran desafío de la industria digital hoy en día es que no existe la suficiente oferta de mano de obra para la demanda del mercado: todas las empresas necesitan especialistas en marketing, y no hay gente con la suficiente experiencia“.

“Por eso desarrollar nuestra marca empleadora y cultivar una gran cultura, logró algo mágico: que los de adentro disfruten de pertenecer y los de afuera quieran entrar, eso fue clave en nuestro crecimiento. Hoy buscamos innovar constantemente a nivel cultural, por ejemplo estamos dando bonos salariales en criptomonedas”.

Durante la entrevista, Luciano disparó una máxima: “desde el primer momento, nuestro propósito fue ayudar a las marcas a conectar con sus consumidores, generando soluciones creativas e innovadoras que garanticen los mejores resultados”.

Esto llevó a la siguiente pregunta: Cuál fue el mejor aprendizaje.

“Eso que parece abstracto y sin sentido, es fundamental: el propósito de la empresa, los valores y la visión. Esas cosas unen a las personas de forma que no podés entenderlo. Luego a través de procesos y metodologías podés hacerlo ágil y eficiente”, explicó Luciano. Y agregó: “Por último, a través de data tecnología podés escalarlo a otros niveles. Pero sin la primera parte que te permite moldear la cultura, sería solo un grupo de personas trabajando juntas sin un sentido común”.

Para finalizar, le consultamos sobre recomendaciones para un emprendedor actual.

“Que encuentre eso que disfrute hacer, porque se va a pasar fines de semana haciéndolo, y si no lo disfruta lo va a abandonar. Que aprenda a levantarse luego de cada tropiezo, que no se enfoque en los resultados inmediatos, sino en crear algo mejor con cada paso. Que se anime a pedir ayuda, que desarrolle su networking, y que busque mentores. Que pierda el miedo a equivocarse y aprenda a reírse de sí mismo”, concluyó Luciano.

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